Carlitos es un comerciante avezado, muchos años de mostrador, viajantes y cuentas sin cobrar, me explicaba el daño tremendo que resulta para la economía local la prolongada permanencia de un parque con juegos, un samba y autos chocadores.
Yo pensé que un parque traía la alegría. Pero, me dicen que esa diversión es pasajera, que luego se convierte en un derrame de dinero gastado para repetir los mismos juegos, se pierde la diversión. Ese dinero, que no es poco, se retira del consumo interno de la ciudad y va a parar al bolsillo de gente que, aún con derecho a trabajar en lo que se les ocurra, se marcha del lugar.
La solución es simple: autorización municipal por dos o tres fines de semana y luego a otra cosa, mariposa. Pero es probable que los funcionarios municipales no tengan preocupación por esto que estamos diciendo, más aún cuando, los encargados del parque de diversiones, son generosos para entregar entradas de obsequios sin cargo a la gente del poder local.
Conclusión: diversión gratis para unos pocos, que no son precisamente los que no pueden pagar el boleto de los juegos, y un grupo de chicos de menores recursos que tienen que mirar desde afuera cómo se divierten los amigos que tienen privilegios. Esto que digo no es un secreto, lo saben muchos y lo ven todos.
Ay, ay, Ameghino, cuantas cositas que no están bien, sin embargo cómo nos acostumbramos a que lo injusto, simplemente por dejarlo pasar, se convierte en una costumbre.-
Angelito Barda